La semana pasada clara y yo descubrimós una puerta secreta
en el desbán de la abuela. Esa puerta tenía un cerrojo jigante que decía:
“proivido el paso”. Lo curioso es que la forma de la ceradura coincidía con la
de un coyar que tiene la abuela en forma de llabe. Aprovechando la ora de la
siesta nos aventuramos a cojerlo del jollero y ver si la puerta habría. Clara
metió la llave y de pronto… La abuela nos piyó. Le tubimos que contar nuestro
plan y se hechó a reír como nunca antes. Nos confeso que la puerta sienpre
estubo abierta y lo único que detrás se escondía eran cajas de fotos de cuando
erámos pequeños.
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